Algunos objetos me pueden llegar a cautivar. Ya no es por su
evidente funcionalidad, si no porque los considero hermosos, tienen una especie
de vida propia que les da su propia personalidad. Supongo que de ahí viene mi
afán por rescatarlos, enamorarme de ellos y que los demás me los regalen.
Tal vez si simplemente digo “colgador de pasta” no pueda
parecer muy sugerente. Pero este objeto de madera por su simplicidad de forma y
materiales me parece perfecto.
También podría llegar a hablar de lo acogedores que pueden
llegar a ser algunos de estos objetos sin saber porqué, con este me ocurre.
Bonito momento el que te regalen algo así.
El plato de hoy ha sido lasaña de verduras: calabaza,
espinacas y cebolla. La pasta con la simpleza de la harina y el huevo pero esta
vez añadiendo albahaca troceada. Y bañada en salsa de tomate casera. Uno de
esos días en los que sabes que lo has hecho con mucha paciencia y calma, el
resultado siempre es mejor.
Bon profit!
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