Durante las vacaciones una de las cosas que más me gusta hacer si no me he ido es poder cocinar con calma, sin prisas; poder disfrutar mezclando los ingredientes, amasando y que no tenga que hacerlo más rápido de lo que yo quisiera. Esto relaja mucho.
Esta receta en realidad la probé en un restaurante al que me encanta ir: GUT.
En general me encanta el pesto, pero esta vez era con limón, ese toque fresco le da el acabado perfecto.
Mi versión personalizada es bastante sencilla:
Hojas de albahaca fresca .
Un buen trozo de Parmesano.
Aceite.
Una pizca de sal.
El zumo de un limón.
Triturarlo todo junto.
Y si además os habéis preparado un plato de pasta fresca, la experiencia será inolvidable.
Bon profit!
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