2.9.12

Buon giorno



Bonita lectura con el País Semanal de hoy:

"La vulnerabilidad tiene mil caras aunque un mismo destino: aceptarla o esconderla. Ese estado de desconcierto arrebata toda seguridad, descoloca para poder hacer frente al cambio, nos indica que hay que dejar ciertas creencias o certezas para descubrir que nada es, sino que todo se mueve. Solo nuestras mentes producen la ilusión de la inmortalidad, el deseo de eternizar lo que nos gusta y lo que amamos.
Sin embargo, los hechos se empecinan en desmontarnos toda construcción que pretenda permanecer inalterable. Se derrumban nuestras creencias y suceden cosas que no entraban en nuestros planes. De repente, una situación, nimia o trágica, desvela nuestra vulnerabilidad: ¿Qué hacer entonces?No nos gusta sentirnos vulnerables, menos aún ser percibidos como tales. Tememos la mirada ajena, como si estuviéramos a merced de un tribunal que evalúa nuestra actitud existencial.
Muchas personas optan por esconderse o, por el contrario, sostener una posición sospechosamente orgullosa. Mal asunto el desconectarse de sí mismas. En cambio aceptar nuestra vulnerabilidad es la mejor manera de adaptarnos a la realidad que vivimos. Es la mejor manera de aprender y es, sin duda, el único camino para fortalecernos. Como le gusta contar a mi colega Antonio Bolinches, "en la escuela de la vida, la gran maestra es la herida"."

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